EMPIECE SAGA RETURN TO LIFE WITH THE RAIN

RETURN TO LIFE WITH THE RAIN - RESURGÍ CON LA LLUVIA
Capítulo 1

Conexiones
Siempre he sentido una fuerte conexión con el agua, desde que mi madre me dejó bañarme
y ducharme (más adelante) sola, hemos consolidado esa compenetración, tanto que cuando
fuimos una vez de vacaciones a Salou mi familia y yo, hice que un chico me enseñara a surfear,
y más que menos lo hice bien a la primera las olas fáciles, también me costó muy poco
aprender a nadar, el chico se quedó alucinado, pero no teníamos más cosas compatibles para
salir juntos, fue solo algo pasajero, gracias a él ahora también se me dan bastante bien las olas
grandes, Jason, creo que se llamaba.
Como me gustaba tanto el agua raramente iba con el pelo sucio o cualquier cosa así al
instituto, aunque sí que procuraba tener el cabello seco y liso, aunque lo llevara corto, apenas
llegaba hasta el cuello, cuando crecía hasta los hombros pedía dinero a mis padres para poder
ir a la peluquería y que me lo volviesen a cortar a la altura que ya se habían aprendido de
memoria, un día, concretamente al día siguiente de que me volviesen a cortar el pelo, tuve
un poco la tonta idea de coger la bici para ir al instituto aunque lo tuviese bastante cerca de
mi casa y vi a aquel chico que también me miró a los ojos, lo mío con él sí que sería largo de
contar, aunque realmente durara poco como quien dice, pero también se podría considerar
que aunque no nos hayamos hablado ni nos hablemos diariamente todo lo demás influye del
uno al otro y viceversa, hablando de influir, me encantan los verbos referidos al agua como
fluir o los referidos que me recuerden el hecho que se ponga a llover cada vez que me veo
obligada a esconderme de ese chico o algo parecido, nos gustamos, pero faltaría algo más para
que pudiésemos empezar de verdad, aunque no sepa qué es.
El destino quiso que Reik y yo, Katia, nos conociéramos, y que nuestros caminos estuvieran
paralelos uno junto al otro por un tiempo, pero pobre de él, mi camino tuvo que tender
más hacia otro que también estaba paralelo, el de Dirk, así que resulta que me gustaban los
dos pero no acababa por decidirme, aunque sí que pasaba más rato con Dirk, no sé por qué
exactamente.
Todo empezó un 29 de octubre que hacía frío y mi amiga Marina y yo fuimos al patio interior
del instituto, durante el tiempo de recreo, y nos sentamos junto a Reik, que mi amiga ya
conocía, pero otros chicos que también estaban sentados ahí empezaron a chincharme, fue
entonces cuando Reik les dijo que pararan y empezó a protegerme, por eso le dije que sí la
primera vez que quiso ser mi amigo, y todo fluyó como la seda hasta que un 13 de diciembre
Reik mediante una tarjeta con una canción escrita intentó que tuviera con él algo más que
amistad, no le dije que no, pero le hice ver que a partir de ese momento no podíamos seguir
como estábamos.
Días más tarde, Reik se quedó sin la posibilidad de felicitarme el cumpleaños, y un 18 de
enero mi primo Jake le amenazó para que me dejara en paz, desde luego no me gustó que
casi tuviera la intención de matar a Reik por mucho que hubiera hecho, pues nunca me
había tocado y un 7 de febrero le tuve dar un toque de aviso con el que se puso a llorar, y
que siete días después intentó enmendar y le dije que sí para que volviera a ser mi amigo, y
nos contamos muchas cosas esa tarde, la conversación fue bien hasta que vi que él siempre
querría algo más, aunque no me dijera nada al respecto y le tuve que volver a decir que no, a
pesar de que me gustaba, creo que no era de la misma forma que yo le gustaba a él.
También Dirk le hizo ver que era mejor que empezara a ver de otra manera a otras chicas en
vez de a mí, pero yo era, como él decía, su amor verdadero, nunca olvidaré cuando se puso
a llorar, por mi conexión con el agua sentía cada lágrima como si fuera yo la que estuviera
llorando, pero menos mal que no fue un llanto tan exagerado como para que yo también me
pusiera a llorar.
Por lo que llegué a saber Reik se desahogaba hablando con Marina sobre la extraña relación
que tenía conmigo y que no dejaba de confundirle, desde luego fue el que más sufrió y fue
precisamente por ser auténtico, aunque también hubiera podido fingir que solo quería ser
mi amigo él eligió la sinceridad, quizá es que fue demasiado pronto, se nota que para él tenía
importancia cada segundo de la vida, porque tenía conciencia de que el tiempo rara vez daba
segundas oportunidades, pero también había que saber cómo aprovecharlas, a lo mejor solo
fue que le faltó suerte.
Capítulo 2
Alternancias
Al poco tiempo empecé a ver que eran verdad todas las aclaraciones que Reik intentó hacerme
ver para que no desconfiara de él, pero ya era demasiado tarde, visto desde el retorcido punto
de vista que mi conciencia quería tomar.
Cuál no fue mi sorpresa cuando un día que estaba sola en casa mientras oía el CD que Reik me
dio (estaba bien a pesar de todo), oí que llamaban a la puerta, resultó ser Jason, el chico que
hacía que no veía desde las vacaciones.
Al parecer consiguió averiguar donde vivía para que ahora intentara convencerme de irme con
él a su casa a vivir con él, y eso era ir más lejos que a lo que ni siquiera Reik llegó, aunque Dirk
tuviera un deseo que también me dejaba entrever.
Así como le hice ver que yo estaba muy bien en mi casa me hizo ir con él por la fuerza, tanto
que la pequeña lucha que tuvimos hizo que perdiera la conciencia y que, cuando la recobraba,
viera que estaba atada y en medio de la oscuridad.
Capítulo 3
Cambios de plano
Después de descubrir el secuestro de mi amiga, pues alguien vio a Jason hacerlo, pero no
pudo impedirlo, avisé tanto a Reik como a Dirk, y vieron que tendrían que trabajar juntos para
rescatarla, aunque solo Dirk me dijo que llamara a la policía.
Tras el aviso de Marina no pude evitar preguntarme si había avisado primero a Dirk o a mí y
supongo que estuvo bien el hecho de que Dirk y yo nos encontráramos y pactáramos como
salvar a Katia.
Gracias a aquel testigo pudimos tener las pistas necesarias para empezar a actuar, el
seguimiento de la matrícula del coche, un SEDÁN AZUL METALIZADO CONVERTIBLE, llevaba
hasta una apartada finca con una irregular valla de acero que daba el aspecto de estar
electrificada, pero que Dirk y yo escalamos sin problemas, aunque eso sí, cuando lo hicimos
debió de activarse un dispositivo que hizo explotar el establo dispuesto a unos veinte metros,
también lo hizo el coche que estaba aparcado a la entrada, que saltó unos cinco metros y tras
la explosión bajó y quedó aun peor.
En cuanto nos pudimos levantar y agradecer que aun estábamos vivos y que su plan no
funcionara nos acercamos para encontrar pistas entre el destrozo llameante, pero sería
imposible hacerlo sin que vinieran los bomberos, así que eso hicimos, llamarlos.
Media hora después investigamos lo que hace poco era el coche, pero descubrimos que
había cambiado la matrícula, una o más bien otra tontería por su parte, pues puede que solo
tuviéramos que hacer un nuevo seguimiento de la anterior matrícula.
En cuanto al establo, los bomberos comprobaron que antes de la explosión en este solo había
heno, paja y demás utensilios necesarios para el cuidado de los animales, pero despejado de
seres vivos a excepción quizás de bichos y demás pequeñeces.
Fue difícil seguir el nuevo rastro de la matrícula, pero el hecho de que la limusina a la que se le
había puesto reluciera tanto y así se supiera donde acostumbraba a ir a aparcar fue el factor
decisivo para encontrarle, nuevamente otro error que añadir a la lista.
Creo que cometía tantos errores de plan por estar vinculado a la playa, debe ser que el
sol le dio demasiado en la cabeza, nadie nunca ha secuestrado a alguien en una limusina,
precisamente porque es cómoda y de lujo, pero hay que mirarlo por el lado bueno, tuvimos
suerte.
Resulta que la limusina siempre entraba a las siete de la tarde por una verja que daba al jardín
de una impactante mansión abandonada y que el entorno daba evidente impresión de su
envejecimiento a causa de los años, que en ese momento no nos importaba cuántos hubieran
sido, hasta que intentamos idear un plan para entrar a hurtadillas, tuvimos que hacerlo por
el sistema de canalización subterráneo que llevaba hasta un pozo debajo de la mansión, se
podría considerar que esto fuese otro error pero decidimos no tenerlo en cuenta, pues lo
supimos después de una profunda investigación sobre la historia de la casa, cosa que seguro
que Jason no se había molestado en hacer.
Después de pringarnos los pantalones en aquellas alcantarillas subimos como pudimos los
curvados muros del pozo con los ganchos y empezamos a andar linternas en mano por el
sótano, en cuanto subimos un piso apagamos las linternas y fuimos con el menor ruido posible,
atentos a cualquier sonido que pudiera decir donde estaban Jason o Katia, decidimos hacer
esto aparte de la policía porque ellos podrían estropearlo, como siempre acabamos pensando
todos.
Teníamos que emplearnos a fondo para no hacer ruido al abrir cada puerta y al andar por los
kilométricos pasillos, uno de los cuales nos condujo al salón, o más bien, uno de los salones,
se oía el arrastrar de sillas y forcejeo de cuerdas, por no decir los ligeros sonidos metálicos
que seguro Jason hacía con algún arma para intranquilizar a Karina, abrí un poco la puerta y
comprobé que se trataba de un revólver atípico, con el tambor de balas fuera de las medidas
normalmente correspondientes.
Mientras tanto yo no hacía más que andar por la casa preocupada por mi amiga y por los
chicos, seguro que ella no me reprocharía que hubiera avisado también a Reik y a la policía,
que no entró en juego hasta el último momento, pero no porque esta fuera su decisión.
Capítulo 4
El mareo y la marea
No hubo más opción que el que Jason nos viera intentando salvar a Katia y que intentáramos
negociar para que no gastara balas y que se rindiera, pues desde luego por la fuerza no
conseguiría el amor de Katia, y por arrogancia, así como se le podría atribuir a Dirk, tampoco.
Aun así, intentó dispararnos, y aunque solo consiguió rozar al final a Dirk, nos dimos cuenta
un poco tarde de que también había afectado a Katia, que cayó al suelo con los ojos a medio
abrir, pero blancos y con la silla por encima a pesar de las duras cuerdas, en ese momento
Jason se dio cuenta de las consecuencias y soltó el revólver, que dio dos disparos más, uno
rozó las cuerdas e hizo que fueran más fáciles de deshacer, el otro resultó por no producirse
al haber un hueco vacío, pero me hubiera dado a mí, que me intentaba agachar hacia Katia
creyéndola ya perdida, nunca pensé que podría ganar en la ruleta rusa.
Jason huyó de la casa y Dirk se desmayó al ver la sangre, la suya propia y la de Katia, pero
yo me acerqué a ella y le abrí los ojos, que volvieron a mostrarme sus pupilas, pero que no
llegaban a decidirse a iluminarse o apagarse, la cogí por los hombros intentando que no
sangrara más por el costado, donde tenía la herida, parcial pero conceptualmente importante,
pues salía bastante sangre que a duras penas podía retener.
Menos mal que estaba cerca de la salida por ciertos atajos que fui encontrando, y cuando
por fin me encontré en las escaleras principales empezó a llover, cosa que pensé que tenía
que ver con que yo no parara de llorar mientras sostenía el cuerpo de Katia, que deposite
nuevamente en el césped desesperado por su pérdida pero en cuanto estuvimos empapados
por la lluvia, la sangre empezó a disolverse y sorprendentemente Katia despertó y me abrazó
para coger fuerzas, poco después descubrió que era yo e intentó apartarse, pero también se
dio cuenta de que yo la había salvado y que debía empezar a considerarme de la lejana forma
que solo se dibujaba un poco en el fondo de su corazón, como un factor a tener en cuenta para
lo que sería nuestra vida. De modo que con nuevas fuerzas la volví a levantar y llevarla fuera
de ese lugar que ya no volvería a visitar, solo para que no recordara aquellos acontecimientos.
La policía se ocupó de despertar a Dirk y coger a tiempo a Jason, que pasaría buena parte de su
vida en prisión.
En cuanto a mí, tuve la genial idea de llevar a Katia, ya curada por la milagrosa lluvia, a casa
de Marina, donde también la esperaba su madre, según todas ellas, junto también con la
madre de Marina, no podían más que estarme eternamente agradecidas, pero yo solo me
había dejado guiar por el amor y es que muchas veces eso es lo que hay que hacer. Ahora
todos contemplábamos a Katia con la luminiscencia de nuestra nueva vida.
FIN

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